La ex presidenta solicitó la reactivación de su jubilación de privilegio, suspendida por el Gobierno, que supera los $35 millones mensuales e incluye $5,9 millones adicionales por zona austral, a pesar de las restricciones legales que prohíben cobrarla junto con una pensión.
En una nueva maniobra judicial, Cristina Fernández de Kirchner pidió a la ANSES que se le devolvieran los haberes suspendidos que cobraba como ex presidenta y como viuda de Néstor Kirchner. Afirmó no poder mantenerse económicamente sin ese dinero y reclamó la reactivación inmediata de su jubilación de privilegio.
El Gobierno le había retirado ese beneficio tras determinar que no podía percibirlo en simultáneo con una pensión, tal como lo establece la Ley 24.018. Pese a ello, la ex mandataria insistió en que ambos ingresos eran inembargables y que debía seguir recibiéndolos como parte de sus derechos adquiridos.
Cristina cobraba más de $35 millones mensuales, entre jubilación, pensión y un plus de $5,9 millones por zona austral. En su escrito ante la Justicia, se declaró en situación de “subsistencia” y afirmó no poder afrontar sus gastos.