Un escalofriante caso de abuso de autoridad y violencia policial ha conmocionado a la pequeña localidad de Stroeder, partido de Patagones. Un joven de 16 años, identificado como Benjamín, fue golpeado, maltratado y apuntado con una escopeta por efectivos policiales durante el fin de semana.

En un diálogo exclusivo, Narela Goldaracena, madre de la víctima, compartió su malestar y su profunda indignación ante el accionar de quienes, según sus palabras, «tienen que estar cuidando a los jóvenes».

El incidente ocurrió en la madrugada del domingo, luego de que Benjamín asistiera a una fiesta de egresados. Según Narela, su hijo se dirigía a dormir a casa de su abuela. «Él iba caminando solo y tranquilo» relató. La madre se enteró de lo sucedido horas después, a la mañana, a través de mensajes de texto de dos conocidas que habían presenciado la situación. El joven, inicialmente asustado, no avisó a su madre. Una vez en casa de la abuela, Benjamín reveló el calvario que había vivido: «Mi hijo me cuenta que primero pasó un patrullero por al lado de él, despacito. Él siguió caminando y al ratito vinieron dos patrulleros a fondo. Uno frenó, derrapó y cuando frenó, se chocó el cordón, a lo cual fuera un delincuente lo abordaron con dos patrulleros.»

La violencia fue inmediata y desmedida. Según el testimonio de Benjamín, él intentó advertir a los oficiales sobre su minoría de edad y la necesidad de llamar a su madre. «A ella no le importaba. Le chupaba un huevo que él sea menor y lo cazaron del cuello» fue la estremecedora respuesta que, según Narela, le dio una de las oficiales.

El relato de la agresión física es brutal:

  • Fue tirado contra un portón, donde le propinaron cachetadas en la nuca y golpes en las costillas.
  • Uno de los agresores lo apuntaba con el arma en las costillas mientras le pateaba las piernas para abrírselas.
  • A pesar de su condición de menor, fue esposado y arrojado contra el patrullero bajo la amenaza de ser «metido preso».

Tras conocer los hechos, Narela Goldaracena se dirigió al destacamento de Stroeder, pero lo encontró cerrado. La situación de la Policía local acrecentó su furia: «El patrullero estaba dando vueltas en el pueblo… ahí fui, hablé en la Policía y como que me dijeron que no sabían nada, que ellos cambiaban la guardia».

Sin embargo, la madre afirma que su hijo reconoció a una de las oficiales: «Estaba una de las oficiales que se estaba riendo arriba del patrullero, nada más que se hacía la desentendida del tema. Pero eso me lo dijo después mi hijo cuando salimos de ahí: ‘esa señora estaba mirando todo lo que me hacían’.»

La mayor indignación llegó tras presentar la denuncia en la Fiscalía de Patagones. Narela solicitó una medida cautelar por miedo a que su hijo se cruzara con los mismos efectivos en el pequeño pueblo. La respuesta de la Instructora Judicial fue decepcionante: «La Instructora Judicial me dice que tiene que cambiar el recorrido para ir a la escuela. Que podemos alejarnos del destacamento. Esa es la solución que me dieron ayer

La madre critica la falta de apoyo institucional. Si bien el director de Seguridad, puesto a disposición por Ricardo Marino, se comunicó con ella el domingo, el seguimiento fue nulo. «Lo llamé tres veces y nunca me contestó. Entonces ya ahí tuve una respuesta, ¿se entiende?», lamentó.

Narela Goldaracena ha decidido hacer público el caso. «Yo no me voy a quedar de brazos cruzados esperando a que pase algo peor o que agarren a otro chico igual que le hicieron a mi hijo,» sentenció, agradeciendo el espacio para exponer un hecho que, asegura, «fue terrorífico».

La comunidad de Stroeder esperan ahora una pronta intervención para investigar el grave accionar policial y garantizar la seguridad de los ciudadanos, especialmente los jóvenes, ante quienes deben ser sus protectores.

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Por Lucas Roche

✒Lic. Analista y Asesor Político💡 Especialista en Marketing y 🗣Discurso Político📊Campañas Electorales #elpolitologoyelpolitico @lucasroche_politologo