Optar por un determinado proceso electoral es una de las decisiones institucionales más importantes en una democracia. Sin embargo, durante este año, en un contexto de elecciones -desdobladas-tanto a nivel nacional como subnacional, dicho proceso implicará una evaluación analítica de ciertas características particulares.
Todo proceso electoral tiene distintas singularidades, de las cuales se pueden identificar, por ejemplo, las siguientes: el panorama electoral previo y post-elecciones, la imagen de los distintos candidatos, la opinión pública, la comunicación y el discurso político.
Es necesario explicar la idea de panorama electoral, que tiene que ver precisamente con observar distintos aspectos de una situación, o, en otras palabras, observar las distintas maniobras sociales y políticas, antes y durante el desarrollo de las elecciones, tanto de los candidatos como también de los votantes.
De esta manera, el rol que cumple la opinión pública se vincula con la idea de panorama electoral y es así como también se vuelve relevante la comunicación y el discurso político. Esto se debe a que la comunicación política es un rasgo principal de todo proceso electoral. De hecho, para llevar a cabo cálculos estratégicos, o bien poder ahondar sobre la percepción de las dinámicas socio-políticas, no se puede dejar de lado el papel fundamental de la comunicación, como así también desde la perspectiva del elector y/o del potencial representante.
En relación a lo anterior, la imagen de los distintos candidatos también depende, entre otras variables, de la comunicación y la participación política, sumándose a ello las tecnologías de la información, que cumplen un rol ineludible en esta época.
Actualmente, las redes sociales tienen gran influencia, lo cual puede ser analizado a partir de dos perspectivas: en primer lugar, en las decisiones de los votantes y, en segundo lugar, como aspirante a ser elegido, dado que nivelan el campo de juego político, dando lugar a que un mayor número de candidatos tenga voz, sea escuchado, mediante imagen, publicidad y principalmente también a través del apoyo político.
Finalmente, se entiende que esta idea de características que conforman el proceso electoral se vincula y se necesitan entre sí para desarrollar elecciones de manera adecuada. Cabe destacar que la comunicación es la columna vertebral entre los que serán elegidos y los ciudadanos. Las ramificaciones del impacto que pueden darse sobre el comportamiento político, pero principalmente sobre la conducta electoral, son muy diversas y no siempre claras.
Lic. Agustina Carrizo