Una vecina del barrio Inalauquen había denunciado graves episodios de violencia en un departamento de Yanquetruz 260. Tras la primera nota realizada a partir de su mensaje, aceptó ampliar su testimonio. Señaló que el barrio cambió drásticamente: “Antes los chicos jugaban en la calle; ahora hay mucha inseguridad y un grupo de personas se adueñó del lugar”.
Sobre el departamento en cuestión, afirmó: “Se convirtió en un aguantadero. Hay un vecino con problemas de adicciones y quienes estamos pagando los platos rotos somos los vecinos”. La mujer vive hace 35 años en el barrio y aseguró que nunca vio algo igual: “Tiros a las seis de la tarde, peleas, apuñalamientos. Los nenes no pueden salir; estamos prisioneros mientras los delincuentes hacen su vida”.
Indicó que el hombre que vive allí “salió del penal hace tres meses, tiene más de 17 causas”. Fue detenido la semana pasada por varios hechos, pero volvió rápidamente. “Ahora está con una chica con adicciones; se golpean en la calle y viven a los gritos”, agregó. Dijo que la situación afecta a más de 100 familias: “La policía viene y se va; nadie hace nada. La mayoría tiene miedo de denunciar. Han robado a todos”.
Recordó que el fin de semana hubo “tiros a las cinco de la tarde con chicos en la plaza” y que los episodios también ocurren de madrugada. Sostuvo que se sienten abandonados: “Dicen que no pueden sacarlo porque es mayor de edad y el departamento es de él. ¿Pero qué pasa con nosotros?”. Además, señaló que la junta vecinal “no existe” y que el barrio está “abandonado”.
Aseguró que los robos se multiplicaron: “Desvalijaron varios departamentos. Uno sale a trabajar sin saber si cuando vuelve le queda algo”. Dijo también que esta problemática se repite en otros sectores como 1016, Lavalle y Loteo Silva, vinculada al consumo de drogas. “Nadie se hace cargo”, expresó. Finalmente pidió intervención urgente: “Invito a los políticos, al municipio, a quien quiera acercarse al barrio. Van a ver que es real lo que contamos”.
Horas después de la publicación inicial, otra persona decidió sumar su testimonio:
Dijo que la situación es cotidiana, no solo por los disturbios dentro del departamento, sino también por las personas que frecuentan el lugar, lo que transformó el espacio en un “aguantadero”. Relató que se ven jóvenes con cuchillos, armas, piedras o botellas, y que el sábado, cerca de las cinco de la tarde, hubo disparos dentro del módulo. Afirmó que los hijos de los vecinos viven encerrados por miedo, mientras los robos son constantes. Muchos habitantes callan por temor a represalias. Espera que la problemática no se olvide y se encuentre una solución urgente.
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