En una sesión cargada de tensión en la Cámara de Diputados, el oficialismo y sus aliados lograron torcerle el brazo a un amplio sector de la oposición, que no logró reunir los dos tercios de los votos para insistir en la ley que pretendía una mejora en los haberes jubilatorios y que fue vetada por el presidente Javier Milei. La votación arrojó 153 votos a favor de insistir con la norma, frente a 87 negativos y 8 abstenciones. Al momento de votar había 248 diputados presentes; ergo, los opositores necesitaban reunir 166 voluntades para alcanzar los dos tercios.
Con el resultado de esta votación, el veto del presidente Milei queda firme y el Congreso se quedará sin posibilidad de volver a insistir en la norma en lo que resta de este año parlamentario. Así lo establece la Constitución Nacional.
El oficialismo, en alianza con el bloque Pro, un mosaico de bloques aliados y media docena de diputados radicales, logró reunir poco más del tercio de las voluntades que necesitaba para blindar el veto presidencial. Para consolidar este número fue clave el aporte de los cinco diputados radicales que ayer se retrataron con el presidente Milei -Mariano Campero, Pablo Cervi, Martín Arjol, José Tournier y Luis Picat- como así también la abstención del bloque de Innovación Federal, cuyos integrantes responden a los gobernadores de Río Negro, Misiones y Salta.
Los ocho integrantes de esta bancada, al igual que los cinco radicales, habían votado a favor de la ley en la sesión del 3 de junio pasado. Sin estos apoyos, el veto se caía.
La sesión se desarrolló en un clima de tensión dentro y afuera del recinto, donde se tiene lugar una manifestación convocada por agrupaciones kirchneristas y de izquierda. Oficialistas y opositores pulsearon los votos hasta último momento. El quorum se alcanzó con la presencia de todos los bloques, incluidos los cinco radicales que ayer se retrataron con el presidente Milei.
Esta deserción de un puñado de radicales a favor del Gobierno provocó un cimbronazo en el bloque que comanda Rodrigo De Loredo y se reflejó en el debate en el recinto con cruces entre los correligionarios que están más cercanos y más distantes del Gobierno.