La Justicia ordenó retomar las subastas de bienes de la constructora Austral Construcciones. ¿Su objetivo? Cubrir el tendal de deudas impagas que arrastra Lázaro Báez y, si algo sobra, que el Estado nacional pueda recuperar al menos parte de la fortuna que le robó con obras públicas inconclusas, sobreprecios, facturas truchas y otras prácticas criminales derivadas de la corrupción y el lavado durante el kirchnerismo.

La orden la tomó la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial, el martes 3, al admitir el reclamo de varios acreedores afectados por la decisión del juez Máximo Astorga, quien había suspendido los remates en abril pasado hasta que la Corte Suprema defina qué tribunal tiene la última palabra sobre Austral Construcciones: si el Juzgado 28 en lo Comercial que él subroga o el Tribunal en lo Criminal Federal N° 5. Es decir, el tribunal a cargo del juicio oral por las causas “Hotesur” y “Los Sauces”, que tiene entre los acusados al propio Báez y a Cristina Kirchner, Máximo Kirchner, Cristóbal López y Fabián de Sousa.

Los camaristas Pablo Heredia y Gerardo Vassallo concluyeron que la Justicia en lo Comercial puede retomar con los remates, pero que deberá avanzar de manera “armónica” con el reclamo que llegó desde los tribunales federales de Comodoro Py. Es decir, que hasta tanto la Corte Suprema tome una decisión definitiva, el juez Astorga podrá avanzar con la subasta de vehículos y maquinaria vial, herramientas, bienes de uso e inmuebles para pagarle a los acreedores que se presentaron en el expediente de la quiebra, como el Banco Nación, y también a síndicos y martilleros, entre otros. Pero le ordenó también que antes de adoptar decisiones importantes en el expediente de la quiebra, deberá informarle al TOF 5.

Con cuatro condenas ya sobre sus espaldas, mientras tanto, Báez permanece bajo arresto domiciliario en su casa en Santa Cruz. Ya fue sentenciado a 10 años de prisión por lavado de activos en “la ruta del dinero K”, a seis años en la “causa Vialidad”, a tres años y seis meses por evadir los aportes patronales de los empleados de Austral Construcciones y a otros cuatro años y medio, también por lavado, con la compra del campo uruguayo “El Entrevero”.

Pero Báez afronta serios problemas judiciales no sólo en el fuero penal. En el expediente del fuero en lo Comercial que se inició en 2017, la Justicia ya declaró la quiebra de Austral Construcciones, la nave insignia del holding que había erigido al amparo de la familia Kirchner, y los remates comenzaron a sucederse. Hasta ahora se recaudaron cerca de $2600 millones, según las probanzas judiciales, que se destinaron mayormente a cubrir la deuda que arrastra con la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y el Banco Nación, otros acreedores menores y los honorarios y costas derivados del propio proceso falencial.

Ahora, la Cámara en lo Comercial autorizó a avanzar con la enajenación de otros bienes que Báez acumuló durante sus años de apogeo. Incluyen campos y estancias por el equivalente a la superficie de 23 ciudades de Buenos Aires juntas, como mínimo, además de autos, camionetas, maquinaria pesada, aviones, camiones, barcos, inmuebles, acciones, joyas, bodegas y dinero en efectivo, entre otros activos en la Argentina y en el exterior. Y la búsqueda continúa.

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Por El Politólogo y el Político

✒Lic. Analista y Asesor Político💡 Especialista en Marketing y 🗣Discurso Político📊Campañas Electorales #elpolitologoyelpolitico @lucasroche_politologo

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