Río Negro no es la excepción a todo ese universo que oscila permanentemente, pero sin dudas, agrega su propia impronta cómo provincia y como región. Hay un estrato oficialista que se impone a costalazos de billetes saqueados de fondos públicos, contra un puñado de opositores, más o menos engalanados, casi siempre cómplice del mismo poder reinante, que nunca llega a generar ningún cambio en la ecuación.
Todo ese espectro se vio movilizado por el arribe de un candidato irruptivo, con pretenciones presidenciales como es el Diputado de La Libertad Avanza, Javier Milei, quién hace unos meses cerró un acuerdo con el espacio de Primero Río Negro, conducido por el intendente de Campo Grande, Ariel Rivero. Esto sin dudas reconfiguró el mapa político electoral, haciendo temblar las cimientos de Juntos Somos Río Negro, un espacio local que viene comandando la provincia desde hace ya varios años, pero siempre se mantuvo confiada al tener de contrincante a un Cambia Río Negro con gusto a los mismo, conducido por Aníbal Tortoriello, un asociado comercial de La Cámpora y pariente político de Oscar Parrili.
Rivero, el candidato a gobernador de la provincia que representa a Javier Milei, abrió el juego para que varios ciudadanos, sin historia política, pero con buena imagen social y personal, se sumen a sus listas para postularse como representantes de sus pueblos, comunidades o regiones. Es así que varios vecinos se vieron seducidos por la oportunidad de ser participes del proceso histórico que representa el liberalismo en Argentina, y aportar sus capacidades para lograr transformar la realidad en la que viven sus comunidades, presas de la mezquindad o ineptitud de los actuales gobernantes.
En Valle Medio, no fue fácil la construcción de propuestas electorales para enfrentar a los actuales mandatarios de cada localidad, incluso solo lograron formalizarse tres: Lamarque, Río Colorado y Choele Choel, con los candidatos Alfonso Sánchez, Martin Anduelo y Paulo Huebra respectivamente.
Este último es empresario, consultor financiero, magister en administración de empresas, especializado en organizaciones en crisis, propietario de chacras y agricultor; y es uno de los postulantes que podría cambiarle el rumbo económico a la región de llegar a consolidarse cómo intendente, atrayendo inversiones importantes a la capital y el Valle.
Si bien, Paulo Huebra, recibió varios ofrecimientos de candidaturas de referente como
Tortoriello y López Murphy, como también de espacios ligados a Patricia Bullrich, la UCR y Republicanos Unidos; se orientó por acompañar a Javier Milei y Ariel Rivero, con quién ya había asumido un compromiso solo de palabra, pero él dictaminó que «la palabra se honra», y se alistó para vestir su postulación con el león amarillo.
Su contraparte en Choele Choel, el intendente Diego Ramello, sintió tal preocupación en semejante contrincante que apresuró el desembolso de muchas obras y ayudas que había postergado en sus años de gestión, y emprendió una odisea haciendo nuevas promesas de campañas (o más de lo mismo) para recuperar la confianza que perdió por su ausencia en los barrios donde empezó su campaña, y luego abandonó al asumir su cargo. En el equipo del actual intendente se siente malestar ya que, incluso Alberto Weretilneck, le quitó la exclusividad de su lista y llevará a otros candidatos a disputar su mismo cargo, erosionando su posibilidades de reelección. La estrategia de Ramello es la misma que lo llegó a la intendencia, prometer y ofrecer plata de fondos públicos, para lograr mantener sus privilegios políticos.
Por otro lado, Paulo Huebra, el referente de Javier Milei en Valle Medio, se siente tranquilo, y asume el proceso como un paso necesario para recuperar el progreso en la región. También se prepara para recortar el gasto público, bajar impuestos y poner en ejecución su plan de desarrollo que empieza en los barrios, atrayendo trabajo mediante fuertes inversiones de empresas multinacionales que buscan arribos convenientes en Argentina.
Paulo se define como el único opositor, ya que asegura que todos los demás postulantes son más de los mismo, y tienen el mismo patrón, que es Alberto Weretilneck, y eso es un golpe duro a la Democracia, quitándole a la gente la posibilidad de elegir mediante engaños electorales. Sin embargo él asume que ganar o perder no es el propósito de su postulación, sino ayudar a que su «lugar en el mundo» sea un espacio donde los jóvenes puedan elegir quedarse y desarrollarse, dónde haya trabajo, seguridad y salud, y que la gente no tenga que esperar a una elección para que el intendente los atienda o haga algo.